La ciudad jienense de Quesada se encuentra situada en la Comarca del Alto Guadalquivir–Sierra de Cazorla, al sur-oeste de la provincia de Jaén, en una zona habitada por el hombre desde el III milenio antes de Cristo, según hallazgos de antiguas pinturas rupestres y restos cerámicos y líticos.
Tras la ocupación islámica del territorio, su primera conquista cristiana llega en el año 1157 con Alfonso VII, pasando posteriormente y de modo alternativo a manos musulmanas y de nuevo al dominio de los castellanos, hasta que éstos la recuperan definitivamente por medio de Fernando IV en el año 1310. En el año 1331 pasaría a formar parte del Adelantamiento de Cazorla, y luego a Úbeda, cedida por Alfonso XI.
Las murallas originales de la ciudad debieron ser construidas durante los siglos XI y XII, habiendo abundante referencia escrita sobre ellas. Cuando Fernando III hizo su campaña militar por estas tierras, esta plaza fue uno de los enclaves principales de la zona, destruyéndose entonces parte de sus murallas y defensas en un tiempo en que acogía una gran población, tal como se deduce del gran número de prisioneros y fallecidos que hubo en el asalto a la ciudad en el año 1224.
A día de hoy se pueden ver restos de sus tramos de muralla, unos exentos y otros adosados a viviendas, que dan idea de su aspecto general, siendo en su mayoría de la época cristiana. Se conservan tramos de los siglos XIII y XIV por algunas calles como la del Cinto, Alcázar o Paseo de Santa María, y por la plaza de la Lonja, y queda una torre de planta rectangular con los ángulos protegidos con piedras de cantería a soga y tizón.
Todavía hoy el urbanismo de sus casco histórico permite seguir el trazado de su zona amurallada en torno a algunas de sus calles y de los restos de puertas que aún se conservan en la ciudad; así, podemos imaginar el alcázar en el entorno de la plaza de la Lonja y las murallas de las que se conservan tramos hacia el este y sur; a extramuros de esta fortificación el segundo recinto estaría compuesto por viviendas y construcciones entre las puertas del Arco de los Santos y la calle del Cinto, que sería la parte amurallada con un urbanismo apretado de calles estrechas adaptadas a la topografía del cerro y del que queda el ejemplo de la calle de Adentro.
Bien de Interés Cultural desde el año 1985, de este recinto amurallado destaca el citado Arco de los Santos, puerta gótica construida en el siglo XIV, que hasta la actualidad ha seguido cumpliendo su función original para la que se construyó: permitir la entrada desde el antiguo acceso de la villa por el este. La puerta se abre hacia la calle de Los Santos y está compuesta por un arco apuntado con dovelas, salmeres y jambas de piezas de cantería. En la jamba derecha aparece una estela funeraria romana dedicada a la sacerdotisa “Caia Rufina”, de 21 años, por su hijo “Caio”.
Foto: Er conde (Wikimedia Commons).
Bibliografía:
* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
