Cuevas del Almanzora, importante localidad de la comarca del Levante Almeriense y con un número muy considerable de patrimonio inmueble catalogado en su haber, cuenta en su casco histórico con un edificio que está dotado de una especial grandiosidad y elegancia constructiva, además de estar considerado el segundo edificio religioso más grande de la provincia de Almería.
Se trata de la iglesia parroquial de la Encarnación, un templo que arquitectónicamente se encuentra a medio camino entre el barroco y el neoclasicismo y que se levanta en el mismo lugar que ocupara la antigua mezquita islámica mandada demoler para construir la iglesia actual. Ubicada en pleno centro de su casco antiguo y más concretamente en la plaza de la Encarnación, la parroquia como tal fue erigida el día 26 de mayo de 1505 por fray Diego de Deza, arzobispo de Sevilla entre los años 1504 y 1523.
La construcción de esta iglesia comenzó en el año 1753 y quedó finalizada en 1762, siendo su promotor el marqués don Antonio de Toledo, el cual promovió también la construcción de la iglesia de Vélez-Rubio, donando en varias ocasiones importantes sumas de dinero para su construcción.
La iglesia presenta planta basilical y está organizada a partir de tres naves de seis tramos, quedando cubierta la nave principal por medio de una bóveda de cañón con lunetos y reforzada con arcos fajones que trasladan el empuje de la bóveda a pilastras profusamente decoradas con pinturas al temple.
Entre sus capillas destaca la del Baptisterio, en la nave lateral derecha, dotada con balaustrada de pequeñas columnas de mármol iguales a las que circundan el presbiterio, regalo de una antigua casa-palacio existente en la calle del Pilar y que formarían parte quizás de la gran escalinata de ese palacio. Aquí puede verse también su gran pila bautismal, una pieza única labrada y decorada toda ella en un gran bloque de mármol de Macael.
Esta bella iglesia parroquial juega un papel importante en el desarrollo de la feria y fiestas de San Diego de Alcalá, patrón de la localidad, pues es aquí donde permanece su venerada imagen durante todo el año y donde se celebra la misa en su honor, siendo además el lugar desde donde se inicia la tradicional procesión que acoge a una gran multitud de fieles que esperan a las puertas del templo al acabar la misa para ver su salida procesional.
Bien de Interés Cultural desde el año 1985, su fachada principal, a los pies, muy sobria y elegante, presenta una portada en piedra con hueco de medio punto enmarcado entre pilastras dóricas acanaladas, y se enmarca entre dos torres-campanario gemelas que se muestran coronadas por estilizados chapiteles.
Foto: Pablo (Wikimedia Commons)
Bibliografía:
* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.