El antiguo Monasterio de San Isidoro, se halla situado en la localidad sevillana de Santiponce, a unos 7 kms al norte de la capital hispalense.
Su origen data de un privilegio dado en 1289 por Fernando IV a Alonso Pérez de Guzmán -Guzmán El Bueno- que le concede la jurisdicción de Santiponce y el poder de fundar un monasterio con capilla funeraria para él y su mujer, María Alonso Coronel, estipulándose en carta de dotación que el convento lo ocuparía la comunidad cisterciense de monjes de San Pedro de Gumiel, de Burgos. No obstante, esta comunidad fue reemplazada en 1431 por orden de Enrique de Guzmán, conde Niebla, por la de los Jerónimos, cuya historia está muy vinculada a Santiponce pues, tras la destrucción del pueblo por las inundaciones de 1603, la comunidad cedió unos terrenos, donde se hallaban las ruinas de Itálica, para que se edificase de nuevo el pueblo.
En el lugar de la fundación hubo antes una ermita donde según la tradición fue hallado el cuerpo de San Isidoro, obispo de Sevilla y Padre de la Iglesia. Hoy el monasterio ocupa más de 200x60m, con elementos propios de estas instituciones y otras dependencias como huertas, norias, graneros, molino, horno, etc. Su núcleo gira en torno a dos iglesias góticas unidas que fueron panteón para su fundador y su hijo, respectivamente. Cada iglesia consta de una nave con bóvedas de crucería y ábside pentagonal almenado, que al exterior y en su conjunto presentan aspecto de fortaleza; esto se justifica porque, junto a la capilla funeraria de Guzmán el Bueno y María Alonso Coronel, el hijo de ambos Juan Pérez de Guzmán construyó otra para panteón suyo y de su esposa, al prohibir sus padres en testamento que en la suya se diese enterramiento a otros miembros de la familia.
El monasterio fue desamortizado en 1835, iniciándose desde entonces un largo período de decadencia. Parte de sus dependencias fueron destinadas a fábrica de manufactura del tabaco, malta o cerveza, y también fue cárcel de mujeres; luego parte fue destrozada por las revueltas de la “Revolución Gloriosa” de 1868, y en 1936 estuvo a punto de ser demolido, salvándose por la valiente intervención de los vecinos de Santiponce.
Tras un breve retorno de monjes jerónimos entre 1956 a 1978, en el año 2002 fue objeto de una profunda rehabilitación que le ha devuelto su esplendor, volviendo a reabrirse dentro de los actos del VII Centenario de su fundación con la exposición: “San Isidoro del Campo (1301-2002): Fortaleza de la Espiritualidad y Santuario del Poder”. Hoy el Enclave Monumental de San Isidoro del Campo pertenece a la Red de Espacios Culturales de Andalucía y es escenario de importantes actos de distintos tipos.
En su interior, a mediados del siglo XVI surgió un foco religioso y reformista que llevó al encarcelamiento de varios monjes y a la huida de España de otros tantos, entre ellos a Casiodoro de Reina, autor de la primera traducción de la Biblia a la lengua castellana, conocida hoy como Biblia del Oso.
Mención especial merecen el Refectorio, los claustros: el Patio de los Evangelistas, el Patio de los Muertos y el Claustro Grande o de la Hospedería, con notables pinturas murales en sus galerías, y en especial el magnífico retablo de la primera iglesia, creado entre 1609 y 1613, obra cumbre del retablista, escultor e imaginero alcalaíno Juan Martínez Montañés.
Foto: Carlos Ruiz Serrano
Bibliografía:
*Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
*Enclave Monumental de San Isidoro del Campo. Junta de Andalucía, en: juntadeandalucia.es