La iglesia parroquial de Santa María, de Sanlúcar la Mayor, constituye en la actualidad la iglesia de mayor importancia de cuantas existen en la ciudad y la única que tiene culto de las tres históricas iglesias de esta localidad que aún se conservan: la de Santa María, la de San Pedro y la de San Eustaquio, todas ellas de estilo gótico-mudéjar, de alto interés arquitectónico.
Situada a extramuros de la ciudad, esta iglesia daba cobijo al arrabal de la antigua población en el camino que comunicaba Sevilla con Niebla. Se cree que su construcción pudo ser realizada sobre una antigua mezquita árabe, aunque es posible afirmar que se trata de una iglesia gótico-mudéjar construida entre los siglos XIII y XIV, con añadidos posteriores a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Realizada en ladrillo, la iglesia es de planta basilical, con cabecera poligonal; su interior presenta tres naves divididas en cinco tramos, separadas por hileras de arcos que en principio eran de herradura enmarcadas por alfiz, convertidos luego parcialmente en arcos apuntados que apoyan sobre pilares achaflanados en los dos primeros tramos, y sobre columnas pareadas en los restantes. La cabecera poligonal se cubre con bóveda de crucería gótica y nervio espinazo central, y queda dividida de resto de la iglesia por un gran arco toral apuntado sobre columnas clásicas con capiteles visigodos.
Del exterior destaca la fachada principal a los pies, y la robusta torre-campanario. La fachada, simétrica y de acusado sabor mudéjar, muestra una espléndida portada realizada en ladrillo rojo (en la imagen), que parte de un hueco central de arco carpanel enmarcado entre arquivoltas apuntadas e inscrito en un alfiz realizado por un baquetón gótico; éste a su vez queda flanqueado entre hornacinas que alojan esculturas de terracota, estando todo el conjunto coronado por un arquitrabe con canecillos rematado por almenas escalonadas. Existen otros huecos menores en la fachada, destacando dos delgadas ventanas extremas, abocinadas e idénticas, también con alfiz.
Por su parte, la torre, creada también en ladrillo, fue reformada en el siglo XVIII con la adición del actual cuerpo de campanas y el chapitel piramidal con que se remata; de poca altura y de base muy ancha, sobre un primer cuerpo abierto con escasos huecos, levanta su segundo cuerpo con doce huecos al exterior, entre pilastras toscanas, tres por cada cara, para alojamiento de las campanas. Estas obras, de claro efecto barroco pueden corresponder a la intervención del arquitecto Pedro de Silva, documentada a partir del año 1772.
Bien de Interés Cultural desde el año 1931, y con objetos de gran valor en su interior, algunos procedentes de las restantes parroquias sanluqueñas, entre sus muchos elementos de enorme interés artístico destacan los artesonados de madera de sus cubiertas, alfarjes de tradición mudéjar realizados en el año 1773, y algunas de sus imágenes religiosas como el Santísimo Cristo de San Pedro, un magnífico crucificado de ascendencia gótica y acusado movimiento lateral.
Foto: Carlos Ruiz Serrano
Bibliografía:
* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.