El castillo de Gigonza, en el término municipal de San José del Valle, formaba parte del importante grupo de castillos de la Campiña gaditana entre los que se encuentran el Alcázar de Jerez o el castillo de Melgarejo, además de otros varios de menor entidad.
Es ésta una fortaleza de origen islámico que reúne una historia bélica muy ligada al período de la Reconquista y a la figura de Enrique II, ya que cerca del castillo, en el año 1371, los castellanos lograron una importante victoria sobre los musulmanes, y de este castillo tomó su nombre la batalla en la que los castellanos lograron muchos prisioneros, tanto de los soldados venidos de ultramar como de los venidos de pueblos malagueños.
Su enclave, favorecido por sus manantiales y por la estratégica posición sobre la campiña al pie de la Sierra del Valle, a medio camino hacia los macizos montañosos del interior de la provincia, se asocia con la población romana de Saguntia, en la vía de comunicación que unía el valle del Guadalquivir con la costa atlántica por Asido –Medina Sidonia-. Así, la Gigonza o Baños de Gigonza, como también se le conoce, se corresponde con un asentamiento de cierta importancia histórica que ha proporcionado numerosos hallazgos arqueológicos.
Su conquista se produjo en la segunda mitad del siglo XIII, siendo durante un tiempo la posición más avanzada de los cristianos, perteneciendo a Arcos y después, desde 1333 a Jerez, como parte del término de Tempul. Con el tiempo su conjunto constructivo ha soportado un importante proceso de transformación y readaptación a diversos usos sucesivos, pues durante el siglo siguiente pasó a manos de Peyo de Rivera, cuñado del Almirante Mayor de Castilla, quien en 1477 pidió permiso real para vender el castillo a don Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz. Posteriormente, a finales del siglo XVI figura como “cortijo” destinado a explotación de dehesas y tierras de labor.
Tras otros muchos pasos intermedios, y según una placa existente, en 1848 se construyó allí la capilla actual y se transformó el castillo, ampliándose con una casa de baños, siendo dueño del lugar don Francisco de Ponce de León.
El conjunto se encuentra algo fragmentado en la actualidad, lo cual explica su compartimentación, aunque no obstante mantiene en general los rasgos de su carácter defensivo medieval, tales como los muros almenados, la pequeña portada con arco con dovelas y escudo de armas, y sobre todo su robusta torre.
Bien de Interés Cultural desde el año 1985, el castillo presenta planta casi cuadrada y dos cuerpos; cuenta con una cerca con patio de Armas al que se accede por una puerta con arco de medio punto rematado por un escudo nobiliario, y asimismo en la cara interior, sobre el portón y quizás más antiguo, cuenta con otro escudo que muestra un león rampante y cuatro barras verticales que demuestra su pertenencia en un tiempo a la poderosa Casa de Arcos.
Foto: El Pantera (Wikimedia Commons)
Bibliografía:
* Guía digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.