El castillo de Santa Catalina, de Jaén, también conocido como “Alcázar Nuevo”, se encuentra emplazado sobre la cima de un cerro de gran altura cuya cumbre se eleva a más de 800 m. sobre el nivel del mar, al oeste de la ciudad, desde donde parten las murallas medievales que la envuelven hacia el norte y el este.
En su planta se pueden distinguir tres recintos: inferior, medio y superior. El inferior lo forman una serie de barbacanas, con murallas corridas hacia el sur y barbacanas y torrecillas rectangulares al norte. Al recinto medio se llega por una puerta en arco de medio punto defendida por una torrecilla. Y, el recinto superior lo ocupa el castillo propiamente dicho, al que se llega a través de un arco apuntado que da al Patio de Armas.
Ya en el siglo IX se había alzado sobre este cerro de Santa Catalina una antigua alcazaba de origen califal, y sería siglos después, tras la toma de Jaén por Fernando III El Santo en 1246, cuando se construyó el castillo cristiano que ha llegado hasta nuestros días.
Este castillo tomó un gran protagonismo siglos más tarde, durante la Guerra de la Independencia, cuando las tropas napoleónicas lo convirtieron en un gran acuartelamiento desde el que fijaron un riguroso control sobre gran parte de la provincia y en especial sobre el paso estratégico de Sierra Morena; para ello distribuidos entre los tres recintos instalaron alojamientos para las tropas, caballerizas, calabozos, polvorines, oficinas e incluso un hospital con cincuenta camas, como se sabe por los restos y planos hallados, e incluso fotos de finales del siglo XIX, circunstancias que le originaron algunas reformas en el castillo para reforzar sus defensas.
Más recientemente, en la década de 1960, se levantó junto al castillo el Parador de Jaén, desde cuyas terrazas se ven espectaculares vistas de la ciudad y los inmensos campos de olivo, en particular desde el Mirador de la Cruz. Y algo después, entre los años 2000 y 2001, se realizaron importantes trabajos de excavación, dirigidos por Juan Carlos Castillo Armenteros.
Bien de Interés Cultural desde el año 1931, hoy la fortaleza acoge el nuevo Centro de Interpretación en el que se realiza un recorrido por su historia. Además, en el año 2013 se musealizó la Torre del Homenaje, como parte de dicho Centro de Interpretación, tras realizarse en ella los correspondientes trabajos de adaptación en su estructura para su nuevo uso.
Foto: Kilezz/QuiRóH (Wikimedia Commons)
Bibliografía:
*Guía digital del Patrimonio Andaluz. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.