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miércoles, 3 de mayo de 2023

Antequera.- Dólmenes de Antequera

 


La Zona Arqueológica de los Dólmenes de Antequera está integrada por los tres dólmenes que le dan nombre, y también por una serie de yacimientos arqueológicos relacionados directamente con esta necrópolis.

Son tres los dólmenes que se integran en este conjunto, con características diferentes entre sí y hoy perfectamente visitables. Se trata de los dólmenes de Menga y de Viera, muy próximos entre sí, y el Tholos de El Romeral, a unos 3,5 kms de los dos dólmenes citados.

La enorme importancia de estos grandes monumentos megalíticos, declarados en España Bien de Interés Cultural desde 1923 dio lugar a que en el año 2016 la UNESCO los declarara, además, como Patrimonio de la Humanidad. En dicha declaración dice expresamente que el sitio está integrado por los tres monumentos megalíticos ya citados, más dos monumentos naturales como son los conocidos como La Peña de los Enamorados y El Torcal de Antequera.

Construidos durante el Neolítico y la Edad del Bronce a partir de grandes bloques de piedra que forman amplias cámaras y espacios con cubiertas adinteladas (caso de Menga y Viera) o falsas cúpulas (caso de El Romeral), estos casos son claros ejemplos ampliamente reconocidos de Megalitismo europeo. Son estructuras megalíticas que se presentan bajo la apariencia de paisaje natural, enterradas debajo de los túmulos de la tierra, relacionándose su orientación con los dos monumentos naturales, La Peña de los Enamorados y El Torcal, dos puntos de referencia indiscutibles en el área declarada como patrimonio mundial.

Estos dólmenes han sido conocidos ininterrumpidamente desde que se construyeron, y en concreto el dolmen de Menga siempre estuvo abierto y fue llamado así desde época incierta, siendo la primera vez que se aparece escrita en el año 1530. El descubrimiento de los dólmenes de Viera (1903) y El Romeral (1904), provocó la llegada de un gran número de investigadores de todo el mundo.

La colosal escala de los megalitos caracterizada por el uso de enormes bloques de piedra atestigua la excepcional planificación arquitectónica de quienes los construyeron y crearon. La interacción íntima de los monumentos megalíticos con la naturaleza, que queda patente en lo profundo del interior de Menga (en la imagen) y en la orientación de ésta y El Romedal hacia montañas presumiblemente sagradas (La Peña y El Torcal), enfatiza la singularidad de estas construcciones funerarias; unas tumbas que con la singularidad de sus diseños y las diferencias técnicas y formales reúnen las grandes tradiciones arquitectónicas megalíticas ibéricas y la variedad de sus tipos constructivos.

Foto: Carlos Ruiz Serrano

Bibliografía:

* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.

*Historia Investigaciones- Conjunto arqueológico de Antequera. Junta de Andalucía.