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lunes, 8 de mayo de 2023

Palos de la Frontera.- Monasterio de la Rábida

 


El Monasterio de la Rábida se alza al sur del término municipal de Palos de la Frontera, en la que puede considerarse la última colina antes de la desembocadura del río Tinto, por donde Huelva se abre al mar. Según un códice de 1714, y dentro de la tradición y la leyenda que envuelve a este lugar, se cree que tiene su origen en la época fenicia, cuando sus habitantes construyeron aquí un templo al dios protector de Tiro. Los fenicios llamaban a su primera diosa Raabad, de donde derivaría la palabra Rábida.

Durante la segunda mitad del siglo XII, la antigua rápita musulmana fue transformada en fortaleza-santuario de la Orden del Temple, y luego en eremitorio adscrito a la observancia franciscana, donde fray Juan Rodríguez en 1412 obtuvo una primera Bula del papa Benedicto XIII para vivir en comunidad con otros frailes, documento éste considerado Carta Fundacional de La Rábida, ampliado luego por sus sucesores.

Con cambios y ampliaciones posteriores, el Terremoto de Lisboa de 1755 lo dejó tan dañado que incluso se solicitó licencia para trasladar el convento a Valverde, cosa que no se hizo, procediéndose a su reparación y creándose a finales del siglo XVIII el Patio de la Hospedería y el segundo cuerpo del Claustro Mudéjar.

Tras la exclaustración el conjunto quedó a cargo del Estado, vendiéndose la huerta y alrededores, pero no el convento, que acabó abandonado en 1843. Ante esto, la provincia de Huelva obtuvo del Gobierno la cesión del edificio y se evitó su demolición hasta que, ya en estado ruinoso, se aprobó su derribo. Por fortuna serían los Duques de Montpensier quienes, en 1854, atraídos por la historia del lugar, promovieron su restauración.

Las obras finalizaron al año siguiente con su reinauguración, y en 1856 el convento fue declarado Monumento Nacional, continuando su recuperación con obras que acaban en 1868, completándose con la compra de nuevo de las tierras y huertas que rodean al antiguo monasterio.

Sus dependencias más interesantes son su bello claustro mudéjar de planta cuadrada y dos plantas de altura, y la iglesia. El claustro presenta un cuerpo bajo realizado en ladrillo visto y delimitado por cuatro galerías de arcos sobre pilares y capiteles también de ladrillo, que apoyan sobre murete corrido a modo de pedestal, y se enmarcan superiormente por alfiz corrido sobre los huecos. Su espacio, sencillo y armonioso, se completa con un cuerpo superior cerrado por paredes blancas que abre sus huecos sobre los arcos inferiores.

La iglesia es una pequeña capilla gótico-mudéjar de bellas proporciones que guarda en su interior importantes obras de arte como su valiosa talla del Crucificado del siglo XIV, una de las más antiguas de Andalucía, y una imagen en alabastro de la Virgen de los Milagros, también obra del siglo XIV.

Bien de Interés Cultural desde 1967, en sus dependencias interiores, sobre sus muros, están los valiosos frescos alusivos al Descubrimiento de América, obra de del pintor onubense Daniel Vázquez Díaz. También se conservan textos de Martín Alonso Pinzón, recuerdos del Almirante, y la celda de las Conferencias, testigo de las entrevistas de Cristóbal Colón con los Frailes.

Foto: Carlos Ruiz Serrano

Bibliografía:

*Guía digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.

*El Monasterio. Monasterio de La Rábida, en: monasteriodelarabida.com