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martes, 21 de marzo de 2023

Málaga.- Catedral

 


Los orígenes de la Catedral de Málaga, asentada sobre la antigua Mezquita Mayor de la ciudad musulmana, son inciertos como lo son también las noticias sobre el, o los autores de sus trazas.

Este enorme templo comenzó a levantarse en el año 1528, viéndose inmerso en numerosas interrupciones y cambios de dirección hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando en el año 1782 y con una de las dos torres de fachada sin acabar – por lo que se la conoce como “La Manquita”-, se puso fin a un largo proceso constructivo.

Parece ser que Enrique Egas, llegado desde Toledo junto con el maestro cantero Pedro López, informó en 1528 sobre sus primeras trazas, siendo el propio López el encargado de levantar su cabecera, diseñada según algunos autores por Diego de Siloé.

Tras un tiempo de inactividad el Cabildo hizo venir en 1549 a Andrés de Vandelvira, pasando al año siguiente el encargo a Hernán Ruiz II El Mozo, máximos exponentes de la arquitectura renacentista en Andalucía, el segundo de los cuales ya había trabajado en la catedral cordobesa. Después llegaron Diego de Vergara y su hijo de igual nombre que trabajaron en ella hasta finales del siglo XVI, quedando a mitad de siglo ya en pie la cabecera y la Sacristía, pudiendo afirmarse así que hasta ese siglo habían intervenido en tan magno proyecto, en mayor o menor grado, los grandes maestros del Renacimiento andaluz.

En algunos aspectos la estructura del templo se inspira en la de la catedral de Granada. Es de planta rectangular, con tres naves de igual altura, crucero, girola y ábside poligonal, destacando su majestuosa Capilla Mayor, obra de Diego de Vergara de 1541, semicircular, con sus muros rasgados por huecos superpuestos entre bellas columnas corintias estriadas y cubierta con bóveda de horno nervada, de gran efecto espacial.

Acabada la Guerra de Sucesión, en 1719 vuelven las obras, dirigidas por José de Bada, quien en especial se ocupa de trazar sus fachadas, donde se advierten más similitudes con la catedral granadina. Tras su muerte, en 1756, Antonio Ramos, autor del vecino Palacio Episcopal, levanta los potentes cubos que flanquean las entradas del crucero, cerrando así el templo.

Bien de Interés Cultural desde el año 1931, en su interior se atesora una magnífica serie de obras de arte, entre las que destaca el retablo gótico de la Capilla de Santa Bárbara y los sepulcros del siglo XVI de la Capilla de San Francisco. Por su parte, la Capilla de la Encarnación contiene un bello retablo neoclásico diseñado en 1785 por Juan de Villanueva y talado por Antonio Ramos y Martín de Aldehuela, con esculturas de Salazar y Palomino. Existen además valiosas tallas de Pedro de Mena y cuadros de los reconocidos Alonso Cano y Juan Niño de Guevara.

Foto: Carlos Ruiz Serrano.

Bibliografía:

*Historia de la Arquitectura Española. Tomo 3: Arquitectura Renacentista. Editorial Planeta, año 1986. * Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico