La villa de Alcaudete, en la comarca Sierra Sur de Jaén, tuvo gran importancia en tiempos de la dominación islámica, ya que se halla en una encrucijada de caminos en tierras de la Alta Andalucía. Su recuperación para el reino de Castilla se hizo en 1246, después de que Fernando III hubiese donado la villa y su castillo a la Orden de Calatrava para cuando fuesen conquistados. Años después, en 1300, Muhanmad II toma de nuevo su fortaleza y con ello pone fin al señorío de la Orden sobre la villa, que fue finalmente reconquistada por el infante D. Pedro, hermano del rey Fernando IV, en 1312, por capitulación de los defensores de su castillo y tras tres meses de asedio.
De la importancia de la villa, incluida dentro de la denominada “Ruta del Califato”, nos quedan ejemplos espléndidos como esta iglesia parroquial de Santa María, una iglesia de grandes dimensiones levantada hacia la primera mitad del siglo XVI, según consta tradicionalmente, sobre el espacio que ocuparía una anterior mezquita islámica. Sus proporciones catedralicias y el rico patrimonio que atesora la dotan de una especial importancia.
La iglesia refleja la feliz convivencia de los distintos estilos constructivos y estéticos vigentes en la España de siglo XVI y siguientes. Así, al cuerpo arquitectónico acusadamente gótico de su traza inicial de tres naves se le añade luego una capilla Mayor de estilo renacentista encajada en el resto de modo algo forzado, poniendo de manifiesto la posterioridad de su construcción con respecto al resto del edificio. En efecto, acabadas las naves, se llevó a cabo la construcción de la primitiva capilla Mayor, cuyo elemento gótico más valioso es la bóveda de crucería trazada y construida por Martín de Bolívar, que muestra una notable bóveda de terceletes.
Al exterior la iglesia presenta dos portadas de principios del siglo XVI que desarrollan programas iconográficos donde se mezclan elementos renacentistas con temas figurativos y heráldicos. Es especialmente bella su portada lateral, concebida a modo de un gran retablo en piedra, donde elementos platerescos y renacentistas dan forma a una monumental fachada blanca densamente labrada que sobresale en altura sobre todo el paramento de la iglesia y donde se mezclan pilastras y columnas con hornacinas y frisos finamente decorados enmarcando la puerta central (en la imagen).
Hasta bien entrada la segunda mitad del s. XVI no se construyó la actual Capilla Mayor, de estilo renacentista, llevada a cabo por Francisco del Castillo. Algo más tarde, en el siglo XVII, se crea su torre-campanario, a continuación de la capilla mayor, con tres cuerpos superpuestos en altura mas un cuarto que forma la cubierta en chapitel acabada en tejas vidriadas y donde se alojan las campanas y el reloj municipal de la localidad.
Bien de Interés Cultural desde el año 1931, como dato anecdótico se cita la intervención en esta iglesia del gran arquitecto renacentista Andrés de Vandelvira, que según consta en Libro de la fábrica de la iglesia, fue llamado hacia el año 1558 por el obispo D. Diego Tavera para el encargo de una tribuna en ella.
Foto: Carlos Ruiz Serrano
Bibliografía:
*Guía digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.