La ciudad de Sevilla inaugura su Exposición Iberoamericana en el año 1929, al tiempo que Barcelona se empleaba en su Exposición Internacional, ambas con un largo tiempo de preparación y amplio respaldo. La idea inicial de la de Sevilla surgió en 1910, siendo llamado para ello Vicente Rodríguez Marín, arquitecto municipal de Valencia, para aprovechar su experiencia en la Exposición Regional de 1909 de aquella ciudad. También se llamó a Jean Claude Forestier para proyectar grandes jardines tomando como base los del vecino Palacio de San Telmo, en los terrenos donados a la ciudad de Sevilla en 1893 por la duquesa de Montpensier.
Forestier, lejos de sus ideas de jardinero francés, creó el Parque María Luisa entre 1911 y 1914 en un estilo andaluz que supo interpretar muy bien, contando con la colaboración del arquitecto director del Certamen, que inicialmente fue Aníbal González Álvarez, quien proyectó y dirigió, desde 1914 el gran conjunto de edificios de la Plaza de España, mas los palacios de Bellas Artes –de estilo neoplateresco, hoy Museo Arqueológico- y el de las Artes Decorativas –de estilo neomudéjar, hoy Museo de Artes Populares-, además de la Ría, los puentes, los bancos de azulejería y las fuentes.
Su obra emblemática es esta Plaza de España, un amplio espacio de planta elíptica, en uno de cuyos frentes mayores creó un espléndido edificio lineal, donde se alza un cuerpo principal de mayor altura que se continúa por los lados menores acabando en dos majestuosas torres llenas de detalles renacentistas y barrocos, una en cada extremo, envolviendo el espacio central de la plaza a la que se llega desde el eje central, frente a la fachada principal. A los pies del edificio diseñó la Ría, curva y paralela a él, que casi rodea toda la plaza, dejando libre su acceso frontal; por encima de ella cuatro airosos puentes representan los cuatro antiguos reinos de España: Castilla, León, Aragón y Navarra, y conectan la plaza con el edificio y su entorno.
La obra, detallista y llena de simbolismos, es una inmensa obra en ladrillo aplantillado, perfectamente aparejado, que combina de modo magistral con las esbeltas columnas de mármol blanco y los elementos cerámicos policromados traídos desde Triana. Se orienta hacia el Guadalquivir como camino a seguir hacia América, tratando de simbolizar el abrazo de España y sus antiguas colonias, creando con sus muchos detalles y perfeccionismos uno de los mejores logros de la arquitectura regionalista de Andalucía. Su frente a la plaza se compartimenta en 48 recintos con bancos y azulejos alusivos a las provincias españolas, con mapas, mosaicos sobre hechos históricos y escudos de cada una de ellas.
Su espectacular diseño y realización han servido de marco para importantes películas como Lawrence de Arabia (1962), Star Wars II: El ataque de los Clones (2002), o El Dictador (2012), entre otras.
Incoado Bien de Interés Cultural desde 1981, aquí tuvo lugar la inauguración de la Exposición, el 9 de mayo de 1929, contando para ello con la presencia del rey Alfonso XIII. Hoy el edificio alberga la Delegación del Gobierno Central en Andalucía y la Capitanía General de la región militar del Sur.
Foto: Carlos Ruiz Serrano
Bibliografía principal:
*Historia de la Arquitectura Española. Tomo 5: Arquitectura Renacentista. Editorial Planeta, año 1986.