La iglesia de Nuestra Señora de la Oliva, de Lebrija, es una obra arquitectónica de enorme interés, pues reúne elementos de muy distintos estilos y tendencias, lo que la hace difícilmente equiparable a otras.
Su construcción se lleva a cabo en tiempos del rey de Castilla Alfonso X El Sabio, una vez reconquistada la localidad por segunda vez a los musulmanes, y a partir de 1264, siendo parcialmente transformada y ampliada en el último cuarto del siglo XV, y a finales del XVI. Y de nuevo fue ampliada en el XVII, dotándose cada vez de nuevos elementos arquitectónicos y ornamentales propios de cada época.
Su núcleo original era una mezquita almohade cristianizada y convertida en iglesia, de planta rectangular, de tres naves de igual altura y cuatro tramos cada una. Esta zona, de estilo mudéjar, es claramente distinguible del resto por sus bellos arcos de herradura sobre columnas que sustentan capiteles de inspiración románica, gótica y almohade. Muy singular en esta zona es su bóveda octogonal de estructura gótica nervada que dibuja una estrella de cuatro puntas en el centro, con paños intermedios decorados con lacería mudéjar. Es la parte más antigua de la iglesia, fechable entre los siglos XIII al XV, donde predominan materiales pobres como el ladrillo, el yeso y la cal. Muy interesante es su aljibe del siglo XV, construido en ladrillo, en la nave del Evangelio.
A finales del siglo XV se añade un claustro, el conocido como Patio de los Naranjos, junto a la cabecera de la iglesia. Es de planta cuadrada y está delimitado por arcos de medio punto que apoyan sobre columnas de mármol. También se añaden una Capilla Mayor, un crucero con sus brazos, la bella Sacristía de cúpula casetonada y linterna creada por Hernán Ruiz II El Mozo en 1568, la capilla de la Vela y el Coro Viejo, todo ello en una ampliación de época y sabor renacentista creada desde finales del siglo XV y hasta parte del XVI, que se diferencia por el material usado –la piedra- y la mayor altura de las naves.
Durante los siglos XVII y XVIII se acomete una nueva ampliación, ya en estilo barroco, con elementos interesantes como la Capilla de Ánimas, la Capilla Bautismal, el Sagrario y el Coro actual. Del siglo XVII es también el bello retablo de la Virgen de la Oliva, realizado por Alonso Cano en madera dorada y policromada.
Bien de Interés Cultural desde el año 1931, además destaca en esta iglesia su torre llamada “La Giraldilla” (en la imagen), la más alta y esbelta de la zona, ubicada a los pies del muro de la Epístola e independiente de la iglesia. Levantada entre los años 1756 y 1778 sobre otra anterior arruinada tras el Terremoto de Lisboa de 1755, es obra de Vicente Bengoechea y consta de cuatro cuerpos, el primero de piedra y los restantes de ladrillo. También destaca la Puerta del Perdón, de estilo mudéjar, compuesta por un arco apuntado sobre columnas de ladrillo, que fue la antigua puerta principal de la iglesia.
Foto: Carlos Ruiz Serrano.-
Bibliografía:
* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico