La Capilla del Salvador, de Úbeda, una de las obras más completas del Renacimiento español, se encuentra situada en la monumental plaza Vázquez de Molina de esta ciudad, un espacio rodeado de otros importantes edificios catalogados Bien de Interés Cultural, lo que aumenta aún más su gran espectacularidad y su riqueza arquitectónica.
El importante legado arquitectónico de Úbeda, cuyo conjunto monumental renacentista fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2003, procede de la importancia histórica que toma la ciudad cuando, al ser reconquistada definitivamente de la dominación islámica en 1234, pasa a ser durante siglos plaza fronteriza con el reino granadino, y en ella toman plaza varios ilustres linajes de Castilla que si bien ayudan a los reyes cristianos en la guerra, también ensangrientan la ciudad con sus luchas banderizas.
En tiempos de Carlos I y Felipe II varios de sus personajes ocupan importantes puestos de gobierno, dando lugar a su Siglo de Oro, y es entonces cuando nace la Úbeda del Renacimiento que hoy podemos ver. Uno de estos personajes es don Francisco De los Cobos y Molina, comendador mayor de León, de la Orden de Santiago, y Secretario de estado del emperador Carlos.
En el año 1536 De los Cobos elige para dar forma artística a sus ideas a uno de los mejores arquitectos del momento, Diego de Siloé, que por entonces dirigía las obras de la catedral de Granada, contando para su realización con Andrés de Vandelvira. Por diferencias entre De los Cobos y Siloé las obras se suspenden en 1539, siguiendo al año siguiente ya sin éste y estipulándose que la fachada principal (en la imagen), aún no trazada, sería igual que la Del Perdón de la catedral granadina, obra de Siloé, lo que solo se hizo hasta la cornisa del primer cuerpo.
Andrés de Vandelvira tomó entonces el mando, diseñando el resto del edificio, siendo suyas la Sacristía y su singular acceso desde la iglesia, resuelta desde el rincón de una capilla lateral con gran maestría. También son suyas las dos portadas laterales que muestran reminiscencias platerescas y las raíces castellanas de su autor. Tanto la portada central como las dos laterales se consideran hoy de las más bellas y mejor compuestas de todo nuestro renacimiento
Bien de Interés Cultural desde 1931, su presbiterio, semicircular y separado de la nave por una gran reja atribuida al maestro Villalpando, en proyecto no tenía más decoración que las medias columnas adosadas a los paramentos, y era de gran sobriedad y belleza; pero en el siglo XVII fue añadida con rocalla barroca sobre los muros y con un gran baldaquino, obra de García Pantaleón, sobre la capilla central. En ésta, un excepcional retablo creado por Alonso Berruguete representa la Transfiguración del Señor, cuyas imágenes, salvo la de El Salvador, fueron destruidas durante la Guerra Civil española.
Bibliografía:
*Historia de la Arquitectura Española. Tomo 3: Arquitectura Renacentista. Editorial Planeta, año 1986.
* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico