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miércoles, 5 de abril de 2023

Vejer de la Frontera.- Casco Histórico

 


Vejer de la Frontera remonta su origen al final de la edad del Bronce, y su existencia como ciudad fortificada parece documentarse en tiempos de Roma. Pero lo que se considera como trama urbana y recinto amurallado del Vejer actual pudo ser conformado en el período islámico que va del siglo VIII al XIII. Así, en esta época se puede situar la consolidación de su Castillo y la edificación de buena parte de su trama urbana actual, junto con la construcción de numerosas aldeas, molinos de agua, acequias, aljibes o almazaras de alrededor. Se distinguen en su casco histórico tres zonas claramente diferenciadas: el Casco, el Barrio de San Miguel y el Barrio de Buenavista; y a su vez, dentro del Casco aparecen: el Casco Primitivo, el Recinto Amurallado y el Arrabal, sus espacios urbanos más interesantes.

Su casco antiguo general se alza sobre dos pequeñas colinas contiguas, siendo sus altitudes más significativas la del Castillo, 193m, o la de la Plaza del Convento, 175m. Sorprende su viario interior constituido por un menudo entramado de calles estrechas, tortuosas y empinadas que ofrecen pequeños espacios abiertos, callejones y plazuelas producidos por la difícil morfología del terreno y por la singularidad de las manzanas de viviendas. Su caserío, de fachadas blancas hasta el suelo, goza de una especial homogeneidad en la composición de sus elementos tales como balcones, portadas o rejas, basados en la tradición popular.

Todo su Casco primitivo se encuentra completamente amurallado, conservando en la actualidad sus cuatro Puertas de acceso, todas en perfecto estado: el Arco de la villa, el Arco de Sancho IV, el Arco de la Segur, y el Arco de Puerta Cerrada –con un espectacular mirador sobre parte de la ciudad a extramuros-, así como sus tres torres que la flanquean: la Torre de la Corredera, la Torre del Mayorazgo y la Torre de San Juan, todo ello en una muralla de 2 kms de radio, de un grosor aproximado de unos 2m, y con un trazado irregular y todos los desniveles propios a que obliga la orografía del terreno.

En su interior existen algunos edificios de porte monumental que merecen especial atención como son el Castillo, fechado entre los siglos X y XI en la zona más elevada de la localidad y parte del cual se encuentra habilitado para museo, y la iglesia parroquial del Divino Salvador, de los siglos XIV al XVI y creada en dos épocas distintas compartiendo por ello elementos propios del gótico y del mudéjar.

Otros edificios singulares se descubren entre sus laberínticas calles, como son: el Convento de las Monjas Concepcionistas, junto al Arco de las Monjas, con portada renacentista y el Museo Municipal de Costumbres y Tradiciones en su interior; el Palacio del Marqués de Tamarón, de los siglos XVII-XVIII, sede de la Casa de la Cultura y de la Oficia de Turismo; o el antiguo Convento de San Francisco, hoy convertido en Hostal.

Bien de Interés Cultural desde 1976 con tipología jurídica de Conjunto Histórico, el sabor andaluz de Vejer se aprecia también en su Plaza de España, un bello y luminoso espacio a extramuros del Arco de la Villa, donde se hallan edificios como el Ayuntamiento o los Juzgados; y en el centro, entre altas palmeras, la fuente de azulejos sevillanos creada en 1957 que hoy da su nombre popular a este espacio como “Plaza de los Pescaítos”.


Foto: Carlos Ruiz Serrano

Bibliografía:

*Guia Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.