La Sinagoga de Córdoba es sin duda uno de los edificios más interesantes y significativos del patrimonio cultural e histórico de esta ciudad, y el segundo más visitado en ella después de la Mezquita-Catedral; siendo, junto con la Sinagoga del Tránsito, de Toledo, una de las dos únicas sinagogas medievales de España que han llegado hasta nuestros días.
Las noticias sobre su construcción se encuentran en la lápida fundacional que se halla en el propio edificio, según la cual la Sinagoga fue edificada en el año hebreo de 5075, correspondiente a los años 1314-1315 de la era cristiana.
Se sabe que tras la expulsión de los judíos de España de 1492 el edificio fue destinado a Hospital de Hidrófobos bajo la advocación de Santa Quiteria. Pasó después de 1588 a la Cofradía de los Zapateros bajo el patronato de los santos Crispín y Crispiniano, siendo entonces objeto de las lógicas reformas y adaptaciones necesarias para servir a estos nuevos usos, hasta llegado el año 1885 en que fue declarada Monumento Nacional.
La Sinagoga se ubica en el recinto de la antigua Judería cordobesa, en la zona occidental de la Medina, una de las dos partes, junto con la Axerquía, en las que se dividía la ciudad islámica. Dentro de la Judería, la Sinagoga quedaba cerca de la muralla de la ciudad, junto a una calle hoy llamada “de los Judíos”, que saliendo de la cercana Puerta de Almodóvar llegaba hasta la actual Placeta de Maimónides, en un trazado paralelo a la cerca.
El edificio actual, -la Sala de Oración-, no tiene salida directa a la calle, y tiene su entrada tras un patinillo que lleva a una especie de atrio sobre el que se eleva la tribuna para las mujeres que asistían a los rezos. La sala, de 6,9 x 6,3 m, muestra sus muros con una compleja decoración de yeserías, siendo esta dependencia solo un pequeño elemento de lo que sería un complejo mayor, con estancias para los rabinos y la madraza.
Durante los años 2014 y 2018 se realizaron excavaciones arqueológicas en sus alrededores, de donde se obtuvieron datos sobre la propia sinagoga y de épocas anteriores. Entre ellos se han documentado una serie de salas que formaban parte del complejo religioso, como una mikvé doméstica -un baño ritual usado para la ablución necesaria para los ritos de pureza familiar-, y un patio alrededor del santuario.
Bien de Interés Cultural desde el temprano año de 1885, en la actualidad el monumento es visitable y se encuentra en buen estado de conservación tras las obras de protección de cubiertas y muros realizadas según proyecto del arquitecto Joaquín Serrano Díaz.
Foto: Carlos Ruiz Serrano
Bibliografía:
*Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.