La iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, de Ayamonte, constituye un importante edificio mudéjar de la primera mitad del siglo XVI, que se erigió como nueva parroquia en la parte baja de su casco urbano, emplazada en el que entonces era el nuevo y mercantil Barrio de la Rivera, a escasos metros del río Guadiana. Su relevancia cobró fuerza como consecuencia del aumento de la población, el decidido asentamiento de la misma sobre la ribera del río, y la distancia ya elevada a la que quedaba la parroquia matriz de El Salvador en esta villa de Ayamonte.
La iglesia alberga en su capilla Mayor a la imagen de Nuestra Señora de las Angustias, titular del templo y patrona de la ciudad de Ayamonte desde el día 11 de enero del año 1756 en agradecimiento por haber intercedido en los escasos daños sufridos en la población durante el fatídico Terremoto de Lisboa del 1 de noviembre del año anterior. Además de esta imagen, de gran devoción entre los ayamontinos, también recibe culto en esta iglesia San Diego de Alcalá, escultura en madera policromada realizada por Juan Martínez Montañés y copatrono de la ciudad junto con la Virgen de las Angustias y San José.
La iglesia adquiere enorme protagonismo durante la Semana Santa local, ya que desde ella realizan su estación de penitencia cuatro de las nueve hermandades que procesionan por las calles de la ciudad.
La iglesia presenta planta basilical de testero plano y tres naves con cinco tramos. Las naves se separan mediante huecos de medio punto que se enmarcan en alfiz y que se apoyan sobre pilares rectangulares de ángulos achaflanaddos. La nave central, más alta y ancha que las laterales, se muestra cubierta con una bella armadura de par y nudillo, de tres paños y dos vertientes, mientras que las laterales son armaduras de colgadizo. Contrarresta el empuje de la armadura central once pares de tirantes dobles distribuidos regularmente, con decoración de lazos y estrellas. El presbiterio queda separado de la nave central mediante un arco triunfal del siglo XVII y tiene su cota alzada mediante gradas, cubriéndose su espacio mediante una hermosa armadura ochavada apoyada sobre pechinas.
El retablo mayor es de carácter renacentista de transición al barroco; fue contratado en el año 1644 por Matías Fernández Cardoso, quien realizó el primer cuerpo, continuado en 1652 por el maestro ensamblador Andrés Díaz, y siendo finalmente dorado por Antonio Gallardo en 1690.
Bien de Interés Cultural desde el año 2008, destaca al exterior su fachada principal a los pies, de gran sencillez, con una portada trazada según los cánones clásicos de los primeros años del siglo XVII.
Foto: Gpedro (Wikimedia Commons)
Bibliografía:
*Guía digital del Patrimonio Cultural de Andalucía.- Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
