La fortaleza de Estepa se levanta sobre el alto Cerro de San Cristóbal, el punto más elevado de la localidad, en el lugar donde anteriormente se emplazaba la vieja ciudad de Ostippo. Este complejo castillo constituye un conjunto defensivo que está formado por la primitiva madina islámica o ciudad medieval, y el Alcázar que defendía su zona más débil y la puerta de acceso; por todo lo cual, se supone que la mayor parte del extenso recinto es de origen islámico, si bien no se descarta que pudiera tener algunos puntos de contacto con sistemas defensivos anteriores.
Con el paso de los años, la despoblación progresiva de la madina y la consecuente importancia del arrabal creado fuera de ella acabaría por hacer desaparecer todo el viejo barrio de Santa María, lo que arrastró también al abandono del Palacio-Alcázar por parte de los marqueses de Estepa; con lo cual, al igual que en otras ciudadelas elevadas de Andalucía, lo que aquí queda son escasos restos de torres y muros y la iglesia Mayor de Santa María. En la actualidad, la visión del conjunto medieval de esta zona ha sido notablemente alterada con motivo de la construcción, a partir de la Edad Moderna, de los conventos de Santa Clara y de San Francisco, y más posteriormente del Cementerio.
Tras la reconquista de Estepa por el rey Fernando III El Santo en 1240, la villa y su castillo quedaron en poder de la Corona de Castilla hasta que Alfonso X El Sabio, en 1267, la donó a la Orden Militar de Santiago. A partir de entonces, la Orden reparó los muros de la cerca y reforzó el recinto del Alcázar, y en especial se debió construir la Torre del Homenaje y el sistema defensivo de la Puerta de la Villa.
Como puesto avanzado frente al reino granadino, en ocasiones el recinto fue atacado por éstos, cayendo en 1462 su arrabal en manos de Muley Abulhacen, hijo del rey de la ciudad de la Alhambra, aunque por poco tiempo ya que pronto volvería a ser recuperado por don Rodrigo Ponce de León. Acabado el período de la reconquista, Estepa perdió su valor estratégico, y su castillo, junto con la villa fue vendido a Adán Centurión, cuyo hijo y sucesor fue nombrado primer marqués de Estepa, y a partir del cual el castillo-alcázar se convertiría en palacio, cambiando con ello radicalmente su función. El resto del recinto, al no tener ya valor estratégico, se fue poco a poco deteriorando con el paso del tiempo.
Bien de Interés Cultural desde 1985, especial interés tiene su Torre del Homenaje, de planta cuadrada y 26 m de altura, con saeteras en sus fachadas. Desde su terraza en días claros se puede divisar distintos pueblos de alrededor e incluso las cumbres de Sierra Nevada.
Otro elemento de interés es la Torre Ochavada, obra almohade del siglo XIII, que pudo ser torre albarrana unida a la muralla principal o bien formaba parte de una segunda línea defensiva. Usada como mausoleo hasta 1968 cuando el Cerro dejó de funcionar como cementerio, en la actualidad se usa ocasionalmente como punto de Información Turística.
Foto: Carlos Ruiz Serrano
Bibliografía:
* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico