Vistas de página en total

lunes, 20 de marzo de 2023

Archidona.- Plaza Ochavada.

 


Asentada a los pies de la Sierra de la Virgen de Gracia, Archidona ya era conocida en tiempos de Roma cuando las calzadas del Imperio la atravesaban en su paso natural hacia tierras malagueñas y granadinas. La villa tuvo su esplendor bajo el dominio árabe, y sobre un peñasco desde donde se divisa la campiña éstos edificaron una mezquita que los cristianos convirtieron en iglesia tras su reconquista.

Pacificada la zona tras la toma definitiva de de la ciudad de la Alhambra, los nuevos tiempos ven cómo la población traspasa la muralla que cierra la Villa Alta y se va extendiendo la Villa Baja por la falda del cerro, formando el germen de su actual emplazamiento.

La evolución histórica y natural de la población inicial permitió entonces la creación de un caserío que se basa y conserva la estructura de la cultura musulmana, con casas de dos o tres plantas encaladas y dispuestas en forma escalonada en calles en general empinadas y rectas, rematadas por cubiertas de teja tradicional.

Entre el asentamiento que rodeaba a la iglesia de Santa Ana y al convento de las Mínimas existía un núcleo de gran insalubridad y falta de higiene que ocasionaba muchos problemas a la ciudadanía. Por eso, hacia el año 1780, a la vez que se hacían obras de saneamiento y alcantarillado en el centro de la villa y se procedía al desmonte del molesto muladar de San Roque, se proyecta la construcción de una plaza que ofreciera una solución y además permitiera dar trabajo a los necesitados.

De ahí surgió una de las joyas del urbanismo barroco andaluz: la Plaza Ochavada de Archidona, un asentamiento urbano del estilo de las plazas mayores castellanas, pero con planta octogonal y con la peculiaridad de que cada uno de sus frentes presenta una decoración distinta.

Sus artífices fueron los alarifes locales Antonio González Sevillano y Francisco Astorga Frías, y con ella la vida civil experimentó un cambio sensible, al convertirse la plaza en el centro administrativo de la ciudad. Aquí, en lo que hoy es el Colegio Menor, estuvo ubicado antes el Ayuntamiento, y en su centro se celebraban todo tipo de reuniones y celebraciones, siendo lugar de encuentro en ocasiones de mercado y de ocio, a veces con corridas de toros.

La estructura de la plaza se configura como un octógono irregular flanqueado por viviendas de diferentes alturas y composición, en las que contrasta el color blanco de sus fachadas con los fajeados y molduras de ladrillo usado para resaltar distintos elementos arquitectónicos, y con el verde de las tradicionales ventanas. Parece claro que sus autores, al plantear la obra, se inspiraron tanto en el urbanismo francés –llevado a Andalucía a través de los proyectos repobladores de Carlos III y Olavide en Sierra Morena-, como en la tradición mudéjar andaluza.

Su principal logro es haber sabido combinar con armonía la solución de abolengo clasicista con el lenguaje popular e intimista propio del patio andaluz, de raíz musulmana, lo que sin duda contribuyó para que en 2007 recibiera el reconocimiento popular de Primera Maravilla de la Provincia malagueña.

Foto: -JvL- (Wiimedia Commons)

Bibliografía:

* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico

*Archidona Turismo. Patrimonio Histórico-Artístico, en: archidonaturismo.com