El Castillo de Álora es una construcción andalusí cuyo origen está relacionado con las campañas contra Ibn Hafsun. Tras la caída del califato, Álora continuó siendo un importante bastión de las dinastías taifas; sitiada por Alfonso VII en el año 1184, llegando a conquistarla, pronto volvió a pasar a manos de las fuerzas islámicas. Luego, en 1319 y bajo el reinado de Alfonso XI, se volvió a tomar la ciudad pero no así el castillo; uno de los episodios más conocidos de esta etapa es la muerte del Adelantado de Andalucía, Diego Gómez de Rivera, en 1434, que dio lugar al origen del romance “Álora, la bien cercada”, recogida en nuestro Romancero.
Solo un par de décadas más tarde, en 1456, Enrique IV inicia de nuevo el asedio del castillo, sin éxito, hasta que en junio de 1484 el rey Fernando el Católico lo cerca definitivamente, quedando su conquista reflejada en el tablero de la sillería del coro de la catedral de Toledo. Tras su toma, el castillo quedó muy afectado en su estructura, y un siglo después aún continuaba gran parte de sus murallas caídas, así como en estado ruinoso cuatro de sus seis torres.
Desde finales del siglo XVI, el castillo quedó en estado de abandono, y tras sufrir las consecuencias de la invasión napoleónica fue destinado a cementerio durante casi dos siglos, realizándose para ello numerosas transformaciones tanto en su interior como en sus muros para adaptación a este nuevo uso.
Ubicado en el Cerro de las Torres, domina la localidad de Álora que se extiende a sus pies, de modo que incluso parte del sistema defensivo está integrado en las viviendas más próximas a él, parcialmente destruido en algunos tramos por el vial que le sirve de acceso.
El conjunto está formado por tres zonas: la primera, de planta casi cuadrada de 33x37m, está formado por seis torres cúbicas y sus correspondientes murallas. Su uso como cementerio ha posibilitado que algunas de sus torres hayan sido protegidas frente a los agentes externos. La segunda, de planta irregular, enlaza con la anterior y su perímetro está definido por los restos de torres y murallas que aún se conservan; en su extremo sur se halla la capilla Mayor de la primitiva iglesia de Santa María. Y la tercera, de la que solo quedan restos puntuales, se complementaba con la segunda y avanzaba hasta completar un amplio espacio fortificado, hoy integrado en las edificaciones cercanas.
Bien de Interés Cultural desde el año 1931, el castillo de Álora, uno de los más importantes de la provincia, ha sido restaurado a principio del siglo XXI, siendo hoy una visita muy recomendable donde destacan la Torre del Homenaje y la citada capilla Mayor de la antigua iglesia parroquial levantada en su interior. Esta capilla la presidía desde 1641 la primitiva imagen del “Nazareno de las Torres”, desaparecida durante la Guerra Civil; ahora, y desde 1945, se venera en ella la nueva imagen de este Nazareno, obra de José Navas-Parejo, una de las imágenes más queridas de la Semana Santa de Álora.
Foto: Kani (Wikimedia Commons)
Bibliografía:
* Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
