Morón de La Frontera se halla situada en el sur de la provincia de Sevilla, en la llamada comarca de Morón y Marchena. Su casco urbano cuenta con importantes edificios, algunos catalogados Bien de Interés Cultural.
Uno de ellos es su iglesia parroquial de San Miguel Arcángel que, situada a extramuros de su castillo, provocó en su día la ampliación de la cerca de la villa y la consecuente ampliación de la población por su zona colindante. A la larga, la iglesia sería el elemento generador y definidor de la estructura urbana de Morón, en torno a la cual se crearía la plaza pública con todos sus edificios y se abrirían calles que confluirían en la iglesia parroquial, convertida junto al castillo en el edificio más emblemático de la villa y su término. Además, en sus proximidades pronto se alzaron otros importantes edificios religiosos como son el Hospital de San Juan de Dios, el convento de la Asunción o el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús.
La imagen que hoy presenta esta iglesia es el resultado de cinco largos siglos de construcción, motivo por el cual el edificio no responde a una tipología concreta y definida, sino que más bien ofrece una sucesión de elementos correspondientes a los trabajos realizados por los distintos maestros mayores que se ocuparon de su construcción, desde el gótico hasta la época del barroco tardío.
Levantada sobre una iglesia anterior hundida en 1500, su proceso constructivo se alargó desde 1503 hasta 1730.
Entre 1506 y 1556 se creó el cuerpo de la iglesia, cuyo primer arquitecto fue Antón Ruiz. Entre 1523 y 1534 está documentada la intervención en ella de dos grandes maestros, Diego de Riaño y Martín de Gaínza, que siguieron con las obras hasta 1556; luego, las obras en el crucero entre 1562 y 1569 fueron dirigidas por el que quizás fuera el mejor arquitecto andaluz del Renacimiento en esta zona, Hermán Ruiz II El Mozo.
Otros grandes maestros le siguieron: Pedro Díaz Palacios de 1569 a 1571, Lorenzo de Oviedo, que de 1602 a 1625 creó la capilla Sacramental y la Sacristía siguiendo las trazas de Asensio de Maeda, y luego Vermondo Resta, Alonso de Vandelvira y Miguel de Zumárraga. Y ya en el siglo XVIII, Pedro de Silva, Leonardo de Figueroa y Diego Antonio Díaz, que trabajaron en la portada de los pies fechada en 1726, y Silvestre Tirado, que acabó la torre en 1730 y a quien se debe su estructura con tres cuerpos, de campanas, de matraca y remate. Como puede verse, por la fábrica de esta interesante iglesia pasaron sucesivamente casi todo el completo de los mejores arquitectos sevillanos del siglo XVI al XVIII.
Bien de Interés Cultural desde el año 1970, la iglesia presenta planta de salón, con diferenciación de crucero, y torre cuadrada a los pies; cuenta con tres naves y capillas, que en principio estuvieron alojadas entre contrafuertes. La nave central se cubre con bóvedas nervadas: las del primer tramo de terceletes, las del segundo y tercero, estrelladas, y la del cuarto a base de casetones, al gusto renacentista. Destaca su portada principal, a los pies, de gran belleza, flanqueada por los escudos del Cabildo eclesiástico y el de los Girones, apellidos que ostentaban los Duques de Osuna.
Foto:PMRMaeyaert (Wikimedia Commons).
Bibliografía principal:
*Guía digital del Patrimonio Cultural de Andalucía. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
