Poco antes de cumplirse el Quinientos Aniversario del descubrimiento de América, se llevó a cabo un proyecto cultural y científico sobre las tres naves que participaron en aquel trascendental evento que en el año 1492 cambiaría la historia de la Humanidad: la nao Santa María y las dos carabelas Pinta y Niña, al tiempo que se trataba de avanzar en el conocimiento de la construcción naval y de la vida cotidiana de los hombres del mar durante los siglos XV y XVI.
Por ese motivo, en el año 1983 se iniciaron los trabajos de investigación que permitieron avanzar en el conocimiento de esas naves, para luego construirlas de nuevo y navegar sobre ellas siguiendo la estela de sus predecesoras de igual nombre que salieron el día 3 de agosto de 1492 desde Palos de la Frontera, según los planes pactados con los reyes Isabel y Fernando. Y para ello, la Sociedad Estatal del Quinto Centenario, con la colaboración de la Armada Española, encargó la dirección del citado proyecto al Instituto de Historia y Cultura Naval.
Elegidas las tripulaciones y seleccionados los mandos de cada una de las nuevas naves, Santa María, Pinta y Niña, éstas iniciaron una travesía que saliendo de Palos de la Frontera el día 3 de agosto de 1990, recorrió varios puertos españoles y europeos para acabar su periplo recalando en las instalaciones previstas para ello en la Exposición Universal de Sevilla del año 1992.
Acabado este Certamen internacional, la Sociedad Estatal del Quinto Centenario acordó con la Diputación Provincial de Huelva que estas tres naves se quedaran definitivamente en la ciudad de Palos de la Frontera, no solo por ser el lugar histórico de su origen, sino por ser además el punto de partida de aquella excepcional efemérides, pues las naves fueron creadas para navegar y debían seguir sobre las aguas del Atlántico para ejemplo y conocimiento de futuras generaciones, meciéndose sobre las olas donde confluían los ríos Tinto y Odiel, cuna de la gran gesta hispana.
El Muelle de las Carabelas, como se conoce hoy el lugar donde se encuentran las tres naves, se diseñó con una solución simple, creando una para ello dársena de panta semicircular y de 11.500 m2 de superficie, con dos largos pantalanes de acceso de 35 metros cada uno, quedando las naves fondeadas de modo que la nao Santa María quedara en el centro del conjunto, y a cada lado de los pantalanes una de las carabelas, la Pinta y la Niña, todas con sus proas apuntando desde la Ría del Tinto hacia el continente Americano. La construcción del edificio de recepción al Muelle es obra del arquitecto Pluvio Fernández Heredia, y quedó inaugurado con fecha de 15 de marzo de 1994.
Foto: Carlos Ruiz Serrano.
Bibliografía:
*Muelle de las Carabelas. La Rábida. Diputación de Huelva.